Escritura y Ciudad: Día 5

Hoy volvió el frío. 4 grados, 2 grados, 1 grado. A lo largo del día la temperatura en lugar de subir, seguía bajando, así que otra vez la ropa pesada para aguantar el frío. En la clase de Guillermo, hablamos de los cuentos que nos mandó a leer: La autopista del sur (Cortázar), La aventura de un automovilista (Ítalo Calvino), Los destructores (Graham Green), Una partida de tenis (Daniel Moyano), Un lugar limpio y bien iluminado (Hemingway) y Cuarenta centímetros cuadrados (Samantha Schewblin). Una discusión muy interesante acerca de los mismos y de cómo la ciudad (o la noción de lo urbano) estaban presentes en los cuentos.

Para la siguiente clase que será el martes (el lunes es feriado acá en Estados Unidos) tenemos que llevar como tarea al menos la primera página del cuento que trabajamos esta semana como apunte. Aun no tengo claro cómo arrancar y menos aun cómo terminar. Voy a darle vueltas este fin de semana a eso a ver si se me ocurre algo. Espero que sí y sino trasladaré a la narrativa los consejos de María de dejarse llevar y que la escritura se manifieste.

En la clase de María leímos unos poemas de María Malusardi y uno de Mario Montalbetti, poeta peruano del que había escuchado mucho pero del que nunca había leído nada. El poema que leímos me pareció interesante ya que estaba totalmente despojado de imágenes poética complejas y su estilo llano, concreto, lo pone muy cerca de la narrativa. Sin embargo en su poema igual se producía el efecto poético, la sorpresa, el misterio con el juego de palabras, de conceptos.

Después de la clase fui con unas compañeras del taller a almorzar y a las 13h30 volvimos al City College para ver la película documental Se acabó la épica, que recoge testimonios que vivieron de cerca del escritor argentino Néstor Sánchez, autor prácticamente olvidado y que ahora su hijo está tratando de insertar nuevamente luego de su muerte en el 2003.

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El documental es interesante por el personaje -Sánchez- mas no por el producto audiovisual como tal. No hay una propuesta desde lo cinematográfico que pudiera estar a la altura con el personaje de Néstor Sánchez. De todas formas, como contenido, la película es interesante para conocer al escritor.

Hoy debíamos ir al MOMA para hacer la tarea de María de elegir una pintura y a partir de eso escribir un poema pero con unas compañeras decidimos ir a conocer Harlem, un barrio dentro de Manhattan, con un gran población afroamericana y latina, peligroso hace años atrás pero que hoy se siente más seguro. Estuvimos en el Museo del Barrio y en el Museo de Nueva York. Ambos lugares son imperdibles. Para terminar, fuimos a un bar de comida etíope donde además había jazz en vivo. Una experiencia inolvidable.

Mañana sábado iré al MOMA y luego lo que los pies y el destino dicten que deba hacer.

Escritura y Ciudad: Día 2

Hoy llegué a las 09h02 y ante la presencia de la mayoría de mis compañeros en el aula, me sentí fatalmente atrasado. Por más que me levanté temprano, vestirse en invierno neoyorquino toma tiempo: camiseta, camisa, buzo ligero, abrigo pesado y gabardina. Desayuné rápido y me lancé a caminar por la 32nd ST hasta llegar a 7th Av. y de ahí al subway 1 en la 34th ST. Aunque Manhattan parezca «pequeña» en el mapa, es inmensa! Estoy en el Midtown y para llegar al Financial District que está en el sur de la isla, son más de veinte minutos en metro. Espero mañana calcular mejor los tiempos y llegar antes de las 09.

img_9806Hoy en la clase de narrativa, Guillermo leyó los inicios de todos nuestros cuentos. Agradezco mucho que los haya leído diciendo el título pero sin decir el nombre del tallerista. Mi cuento fue el segundo en leerlo. Suena tan raro cuando alguien lee un cuento tuyo en voz alta y más si es el profe, que además es un gran escritor. Uno se siente minúsculo y claro, mientras él leía yo criticaba mentalmente hasta las comas de mi texto. Hizo algunas apreciaciones muy válidas que me apresuré en anotar. La clase de hoy transcurrió en leer los inicios de los cuentos, algo que en principio podría parecer tedioso pero fue muy enriquecedor. Cada cuento tiene sus propias leyes y fue muy bueno escuchar los comentarios de Guillermo. Me acordé de mí mismo cuando tengo que dar comentarios sobre los trabajos de mis alumnos.

Hicimos un breve receso en la primera hora para tomar un café y luego de la lectura de los últimos cuentos, Guillermo nos entregó los cuentos con sus observaciones para que las viéramos y nos animáramos a corregir. «Estoy dispuesto a hacer una segunda lectura de sus cuentos», sentenció. Cuando me entregó mi cuento, me preguntó: «¿Sos novelista?» A lo que respondí que había escrito algunas novelas no publicadas y él me dijo: «Tenés tempo de novelista, por la estructura de las frases…». Dijo algo más que no logré registrar, quizás porque enseguida me pregunté mentalmente si eso que me decía Guillermo era a sus ojos bueno o malo.

La clase con María, sigue igual de genial. Hoy hablamos sobre Meschonic y su concepción de poesía. Luego leímos algunos poemas cortos de Louise Gluck para encontrar en ellos cuál era «el efecto poético». Este concepto es algo difícil de comprender ya que las leyes de la poesía son muy diferentes a las de la narrativa. La poesía no puede explicarse como se puede sintetizar una idea en narrativa a modo de storyline. Es necesario leer el poema y que él mismo se explique. «La poesía por definición, es oposición», nos dijo María. No busca la coherencia del lenguaje, lo modifica en conceptos, reinventa palabras, todo en función de crear imágenes que expresen mejor aquello que el poeta necesita sacar. Escuchar a María, aprender de ella, me ha hecho «descubrir» la poesía, un campo al que siempre le tuve miedo y respeto por no comprenderlo.

Luego leímos algunos poemas de los compañeros. No hubo tiempo para leerlos así que el mío no se leyó, algo que no lamento pues me siento un párvulo en poesía. Sin embargo en el fondo quisiera algún poema de los ocho textos poéticos que debemos producir.

La misión de hoy fue ir al ferry y cruzar de Manhattan a Staten Island para escribir un poema como tarea. Ya escribí el mío y la verdad que me extraña. No sé bien de qué hablo pero trato de recordarme que no es narrativa. Veré si mañana en clase logro leer mi poema y si no, seguro leeré el tercero.

Saudade de Domingo #43: Navidad argentina

Desde el jueves 22 estoy en modo vacaciones. Como de costumbre, me desconecto del trabajo, de la ciudad y trato de vivir en una especie de dimensión paralela, saliendo de la rutina, enfocándome en otras cosas, viendo amigos, poniendo las charlas al día.

He vuelto a pasar navidad en Buenos Aires. La última vez fue en el 2014, a pocos días de haber presentado mi proyecto de tesis de maestría. Mi situación anímica, financiera era muy diferente en ese momento. Recuerdo esa navidad del 2014 con alegría pero también con angustia, sin saber qué me depararía el destino al año siguiente. Hubiera querido estar con mi familia por la escasez de dinero hacía difícil emprender un viaje. además de que existía «la amenaza» de no volver a Argentina. Me encontraba muy frágil en esa navidad y en vista de lo incierto del futuro, trataba de vivir el presente, disfrutando de la familia argentina que me adoptó como uno más desde la navidad del 2013.

Volver a pasar acá las fiestas tiene un nuevo encanto. He venido a Buenos Aires varias veces desde el año pasado, pero venir en diciembre es reencontrarme a lo Dickens, con el fantasma de las navidades pasadas. Me he visto a mí mismo y trato de no compadecerme de ese yo sino de sentirlo como parte del proceso para llegar a donde me encuentro ahora.

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Navidad con mi hermana y mi familia argentina

También esta navidad es especial porque estoy pasando las fiestas con mi hermana, quien vino a estudiar una maestría. La vida de estudiante full time no permite ciertas comedidas y la de viajar en Ecuador en el medio de la cursada resultaba difícil para ella así que decidí venir a acompañarla. Está siendo lindo compartir estos momentos. Sin duda serán momentos que guardaremos siempre con nosotros.

Y después está el clima, caliente en esta época, con un sol brillante de cielo despejado y atardeceres a las 20h00. El verano porteño puede ser asfixiante pero es también una fiesta, época de buenas vibras, de planificación, de viajes. Extrañaba también ese verdor en las calles y sol calcinándolo todo. Estoy muy feliz de re-vivir Buenos Aires en fiestas navideñas.

Saudade de Domingo #42: På et Blunk o cómo construir un texto dramático

På et Blunk significa «en un parpadeo» en noruego. El título en esa lengua nórdica apareció como una urgencia, una necesidad por tener un nombre, ya que desde la primera versión del texto no había un título. Me suele pasar cuando escribo que, o bien ya tengo el título que de alguna manera direcciona toda la obra en cuestión o empiezo a escribir sin título y a medida que avanzo me resulta cada vez más difícil decidirme por un nombre. Esta obra se encuentra en el segundo caso. Comencé a escribir el texto como parte de una tarea dentro del taller de entrenamiento para actores que tomaba con Itzel Cuevas. La idea era tener un texto para trabajar. Aun no estaba claro si se iba a hacer un montaje o no pero al menos queríamos hacer el ejercicio.

Luego de buscar entre varios textos ya escritos, decidí que debía escribir algo nuevo. Recuerdo que en alguna de las sesiones con Itzel, nos mencionó que el trabajo del actor consiste en revisarse, mirarse por dentro y luego exponer todo eso en escena. «De que es un proceso que puede ser doloroso, claro que sí, y mostrarlo también puede ser sanador», nos dijo con la convicción de alguien que tiene más de 35 años en escena, enfrentando personajes, estudiando textos, construyendo y rearmando montajes completos.

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La sexta versión del texto, con la que ya empezamos a armar el montaje, en agosto.

Recordando sus palabras, me vino a la memoria el ejercicio final que había hecho durante un taller con Leo Van Cleynenbreugel, donde a modo de improvisación trabajé mi fobia a los controles de migración en los aeropuertos. Para sorpresa mía, toda esa improvisación causó mucha risa en Leo y en los compañeros talleristas. Había algo -o mucho- de chistoso en esa drama mío con los aeropuertos. Eran además situaciones fácilmente identificables y por las que todos, sin excepción, hemos pasado. Decidí entonces escribir un texto alrededor de ese tema, a mediados de junio de este año. Era totalmente literario, narrado más bien a modo de diario, en el que todo se concentraba en mi proceso mental frente a las situaciones de filtro en el aeropuerto (detector de metales, sellado del pasaporte, filas de espera, etc.). La primera observación de Itzel ante ese texto fue: «Está narrado todo desde la mente, el texto necesita tener acciones -físicas- para que lo puedas transitar». Vino una segunda corrección, en el que ese aspecto mejoró pero seguía sonando muy narrativo. Como nuevo ejercicio, Itzel me mandó a escribir el texto ahora enfocándome en las emociones. Era como la versión visceral de la segunda corrección, que debía escribirlo apenas para tener conciencia de qué me pasaba corporalmente con cada momento dentro del aeropuerto. En medio de cada revisión transcurría el tiempo ya que yo estaba a full con el trabajo en la facultad e Itzel estaba con el montaje de Romeo y Julieta. Así que el texto tenía ciertos lapsos de reposo, que ahora viendo en retrospectiva, fueron necesarios para que la historia se fuera gestando. Cada texto tiene su propio ritmo y modo de crecer.

Vino después una nueva versión en la que decidimos que había que involucrar al público, reescribiendo textos que debían ser dirigidos para los asistentes. En esa reescritura, ciertas momentos se borraron para siempre, otros se extendieron. Había que llevar la historia a un cuento y yo me volvería una especie de cuentacuentos en escena. Itzel me había dicho durante alguna sesión que yo tenía vis cómica, que era cómico por naturaleza y que podíamos utilizar eso en la escena.

Con esta nueva versión, el texto se potenció y mientras se trabajaba la escenografía, empezaron los primeros ensayos. Ya a esas alturas, el texto había pasado por varios nombres: Paranoia, En un parpadeo, La sala de migración, pero ninguno terminaba de convencerme, sin embargo había que elegir uno ya que teníamos fecha de estreno en el Microteatro GYE. Dado que la historia es el recorrido de un personaje que viaja a Noruega con su respectivo vía crucis, Itzel me dijo que quizás el título En un Parpadeo podría funcionar en noruego. Busqué en google translator, consulté con algunos conocidos noruegos  y la traducción era Pa et Blunk. Sonaba bien y con la estética cómic, diseñada por Valeria Galarza, el título adquiría una apariencia pop art, retro, que me gustaba.

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Las primeras versiones del texto de Pa et Blunk, cuando aun no se llamaba así.

Ahora ya en la última semana de På et Blunk, mirando hacia atrás y revisando las versiones, me doy cuenta del recorrido que ha llevado el texto. Lo que más me gusta es darme cuenta que la esencia, esa locura, ese frenesí por el viaje estaba presente desde el primer borrador. Aun el personaje estaba en embrión para ese momento, pero se fue fortaleciendo a lo largo de las reescrituras. Hoy en día es un tierno paranoico que vuela a Oslo a visitar a su tío y que trata de mantener íntegro su amor por los viajes, pese a los filtros en los aeropuertos. Esta semana que viene På et Blunk terminará sus funciones en el Microteatro GYE, con un personaje fortalecido, sorprendente y que ha crecido frente a mí.

Para quienes quieran ver På et Blunk en su última semana, estará de miércoles a sábado a las 20h15 y 21h55, en el Microteatro GYE (Av. Las Palmas #307, diagonal a la entrada de Miraflores de la Universidad Casa Grande).

Proyecto: Semana 1

Siempre me resulta difícil entrar en el universo narrativo de mi historia. Siempre me olvido que es más cuestión de sentarse, ver qué se hace y dejar que las ideas vayan bajando, asentándose, que los personajes ayuden a marcar el camino también.

El domingo pasado preparé en Excel un cronograma de escritura con el que pretendo, si todo sale bien, tener el primer borrador de la película en diciembre. Luego dejar descansar la historia en enero y retomar el segundo borrador en febrero.

Esta primera semana el objetivo era definir bien la estructura que llevaría la historia. Cuáles serían los puntos de giro, la necesidad de los personajes y sobre todo el desenlace. La trama más o menos la tenía clara, pues se trata de una historia que ya me venía dando vueltas desde hacía varios años, pero siempre surgieron otros proyectos en el medio y siempre este quedaba para más adelante.

Las clases de Guión que doy en la universidad me han ayudado mucho a tener fresca la estructura y en estos últimos días ha sido fundamental utilizar la técnica de las 8 secuencias para construir la estructura clásica de tres actos. De alguna forma ayuda a no sentirse tan asfixiado en la mitad del segundo acto. La verdad nunca había probado esta técnica y ha sido muy útil para detectar los puntos débiles de la estructura. Así no hay que esperar a la escaleta o al guion para encontrar los huecos de la trama. Ya desde la secuencia uno se puede dar cuenta por dónde va la historia, su ritmo, su tono. Para clarificarme aun más desempolvé una pizarra vieja que tenía y sobre ella dibujé la estructura y coloqué los momentos importantes de la historia. Es impresionante lo mucho que ayuda “ver” en grande la estructura. Se trata de un primer acercamiento a la historia desde la base, viendo las primeras acciones de los personajes, sus consecuencias y el aumento de la tensión hacia el clímax del conflicto.

He cumplido con la misión de esta primera semana. Puedo irme a ver una peli antes de dormir.

Saudade de Domingo #37: Nuevo desafío

Los meses pasan y es fácil caer en la inercia. Intento huir un poco a las reglas, pero mirando hacia atrás me doy cuenta de lo importante que resulta fijarse metas, plazos, deadlines para cumplir algún objetivo. Eso de esperar el momento indicado, que llegue la inspiración, que se unan los astros y demás son sólo pretextos para ponerse a trabajar. Entiendo también que ya en los trabajos convencionales hay tantas reglas y pasos, que lo que uno quisiera es liberarse de ellos en los proyectos personales. Sin embargo, estos también exigen una disciplina, una metodología (más lúdica quizás, dependiendo) y sobre todo una constancia, un compromiso con uno mismo. Y creo que ese es el compromiso más jodido de cumplir. Es más fácil comprometerse por/con otros, pero el compromiso personal, ese que nadie está verificando si cumples o no, es el más difícil de mantener. Por ello la idea de fijarse metas, así sean pequeñas, cortas, insignificantes para otros. No hay nada más lindo cuando se cumple una meta y sentir que uno mismo se hace «check» en la lista de deseos.

Por mi propia experiencia siento que cuando no llevo un calendario de actividades, termino perdiéndome. No sé bien cómo aprovechar el tiempo y tengo la sensación de estar sujeto a los tiempos de otros. Por eso trato de llevar un calendario semanal para ver en macro cómo estará la semana y encontrar esos pequeños intersticios para realizar algo personal, que normalmente se decanta también en varias áreas de mi interés: leer, aprender o repasar un idioma, escribir un cuento, escribir un guión, ver alguna película o serie.

Aprovechando el inicio de mes, decidí desde la semana pasada, que estos últimos meses del año (qué rápido se está yendo el 2016) los dedicaré a escribir un proyecto concreto. Hace años atrás llevo una historia que me ronda la cabeza, que a veces me abandona y otras veces regresa con fuerza, ímpetu, obligándome casi a dejar lo que estuviera haciendo para empezar a escribir. Siempre termino por desplazarla y cae nuevamente en el olvido. Hace unos días vi una película alucinante, muy bien escrita, dirigida e interpretada que se realizaba en una sola locación. Mi historia perfectamente se puede contar también en una sola locación y desde ya empiezo a martillearme la cabeza con empezar a escribir.

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Así que desde hoy 2 de octubre hasta el 30 de diciembre, me propongo escribir el guión de esa historia. Tengo varios apuntes, un esbozo de la estructura narrativa, perfil de los personajes principales. Ayer sábado 1 me puse a ordenar un poco todos los apuntes dispersos en un solo documento y en esto como siempre me está ayudando un montón utilizar el Scrivener, software maravilloso que me permite visualizar todo en un documento master.

No sé si será un proceso ordenado ni agradable, veré cómo respondo o cómo me siento ante la incertidumbre pero ponerme nuevamente frente a la página blanco, con personajes que esperan mis directrices. No será un guión perfecto como no lo es ninguno en el primer borrador pero lo importante es sacarlo, dejar que me martillee la cabeza y que al menos descanse agotado sobre el papel. En lo posible iré documentando desde acá los avances que vaya teniendo sobre el guión, para que me sirve como una bitácora del proceso mismo.

Y que sea lo que tenga ser, como decía un personaje en un corto que escribí años atrás.

¡Terminado el desafío de los 21 días!

Hace una semana terminé el desafío de 21 de postear en Instagram una foto mía con un texto original inspirado en cada imagen. Como lo había dicho por acá, se trataba de una especie de prueba o de intento por adquirir un hábito. Ahora que ha pasado una semana del fin de los 21 días, aun siento embrionario poder hablar de haber adquirido un hábito, pero definitivamente fue un lindo proceso dedicarle un tiempo diario a la elección de cada foto y escribir un texto a partir de eso.

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Foto del día #16

Me dejé sorprender por los personajes y las situaciones que iban surgiendo. Dentro de esa mecánica en la que había una mezcla de alquimia, alegría, incertidumbre y dependiendo del día, falta de ánimo, empecé a sentir más o menos por el día 12 -no lo recuerdo con precisión-, que había personajes que volvían a aparecer. Se disfrazaban en otras situaciones, bajo diferentes atmósferas pero al final del texto ahí estaban como si quisieran decirme algo. Suelo dejarme afectar -en un buen sentido- por esas causalidades (sí, causalidades, no escribí mal) y decidí jugar conscientemente con esos personajes, que se fueron uniendo y saltaban de una foto a otra. Al final del desafío, en la foto 21, teniendo como imagen el bello prado santafesino capturado durante un viaje en bus que hice a Rosario en el 2011, dos personajes importantes se encargan de cerrar la historia. Una historia que surgió espontánea, sin sinopsis ni escaleta previa. Se fue haciendo con cada foto, que ya parecía condenada a quedarse aletargada en una carpeta imposible del disco duro. Con este desafío de 21 días, esas fotos resucitaron y en los recovecos de los pixeles, se desplegaron personajes variados.

Que venga pronto un nuevo desafío de 21 días.

Saudade de Domingo #28: Desafío de 21 días

Estoy de vuelta. El último artículo de Saudade de Domingo fue hace poco más de dos meses, el domingo 4 de abril. Algunas cosas importantes han pasado en este tiempo pero las iré contando en otros posts o por otras vías. Ahora tengo 30, que los recibí con mucho cariño tanto en Guayaquil como en Buenos Aires. Aquello que algunos llaman la crisis de los 30 no me ha agarrado de golpe, pues aunque suene raro siempre quise tener 30 (desde lo 20). Me parecía una edad de madurez y juventud, con un recorrido profesional en ascenso y con muchas expectativas en una de las décadas más productivas de la vida de un ser humano. Obviamente aparece ahora con más fuerza una vocecita interna que te recuerda que tienes 30 y que hay cosas que no pueden quedar para mañana. Y esa vocecita es estimulante pero también cansina. Toca recordarse que tener 30 es una edad para recomenzar muchas cosas, iniciar objetivos sin temores porque quiérase o no, con el paso de los 20, se emprenden mejores desafíos llegados los 30.

Así que pensando en desafíos me he propuesto uno nuevo. Sencillo pero que va a requerir de mí un compromiso. Me suelo comprometer al 100% en mi trabajo, en proyectos grupales pero cuando toca pensar en proyectos personales toda excusa es válida. Así que me obligaré a algo sencillo que pretende modificar en algo mis hábitos. Utilizando la «técnica» de los 21 días (que se dice que es el tiempo que le toma al cerebro adquirir un nuevo hábito), me propongo desde hoy subir una foto con un texto narrativo, poético, ficcional, a partir de lo que me inspire esa imagen. Todas las imágenes durante los 21 días se subirán en mi cuenta de Instagram (@Saudade86). Algunas serán tomadas específicamente par este proyecto, otras serán fotografías viejas que tomé en algún momento. Así que quien quiera ver mis delirios de fotos y textos, puede encontrarme por allá.

21-diasDesde hace algún tiempo deseaba emprender un desafío de 21 días completo. El único que logré cumplir a carta cabal fue el tratamiento completo de Magnified Healing, una técnica sanación espiritual que aprendí en Buenos Aires y que necesitaba realizar durante 21 días seguidos luego de la iniciación. Según los entendidos en biología y PNL, son 21 días y no más y no menos, por el hecho de que las células se regeneran en ese número de días y las nuevas que nacen por así decirlo, toman como natural esa práctica o hábito que antes no estaba cultivado.

Así que veré qué sucede durante estos 21 días. Paralelamente sigo escribiendo la novela que llevo desde el año pasado, así que espero el reto de los 21 días con las fotos, funcione como una especie de catalizador.

Tesis, cuenta regresiva (Parte 2)

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El formato de la tesis en mi maestría cambió este año y por tanto el caudal teórico se vio mermado para dar más énfasis a la parte práctica, es decir la que concierne a lo audiovisual. En mi caso decidí sustentar como guionista y eso también mutó con el paso del tiempo. De iniciar con la idea de un cortometraje, se convirtió en una serie de TV de 13 capítulos con 52 minutos de duración para terminar en una serie de 8 capítulos de temporada única y de 26 minutos de extensión.  Para transitar hacia los 26 minutos, teniendo ya varios borradores escritos de 52 páginas, fue casi un parto. Afortunadamente para la tesis sólo necesitaba tener escrito el capítulo piloto y al no poder reducirlo, al director de mi maestría se le ocurrió algo que me salvó la campana: Partir el capítulo 1 de 52 minutos en dos capítulos de 26. Siendo común que los capítulos pilotos de las series tengan una duración especial con un tratamiento distinto al resto de episodios, la solución fue esclarecedora.

Tesis, cuenta regresiva (Parte 1)

Trataré de contar mi proceso de tesis en once instancias. Acá van las primeras 4.1

He dejado este espacio abandonado por algún tiempo. Razones sobran. Muchas y todas se resumen en una palabra: Tesis. Un proceso largo y azaroso que empecé más o menos en febrero de este año, pero que ya venía craneando desde finales del 2013. Cuando pienso en la génesis del proyecto, donde todo era un atisbo y lo que más había era ganas de crear algo que no tenía muy claro, me doy cuenta del largo camino andado. Crear una serie policial de TV de la mano de una investigación profunda, exigía de mí una inmersión total en un género del que si bien era simpatizante nunca me sentí un fan acérrimo.