Entrenar hasta que el músculo aguante
Inspirar y expirar, contraer el abdomen
Marcar cuadritos, bíceps, tríceps
Ser esclavo del espejo, contando centímetros
Documentar con selfies la derrota en el camino
Ahogarse de grasa, el sueño perverso
Morir en ayunas, el músculo primero
Adolorido, articulaciones en reversa
La calma no llega, el músculo siempre más.
Deglutir la meta,
astillarse los muslos en un Eros de hule
Apretar la sienes, vaciar recuerdos, sólo respirar
Desechar el azúcar, la tinta, la bilis
Y roer el estómago hasta encontrar la columna
El desvarío de la carne no mata las ganas
Subir, bajar, romper el tiempo y espacio
Romper la dermis se rompe,
Corta el hilo en el enjambre de tendones crujientes.
No queda nada del Eros,
solo el aliento que se escapa a mitad de la noche.