Saudade de Domingo #107: Adiós 2018

Se acaba el 2018. Me parece que fue hace tan poco que estaba otro vez en Buenos Aires cocinado en el verano porteño despidiendo el 2017. Tantas cosas han pasado en estos doce meses. Fue un año “intenso” en todo sentido. Siento que ha sido uno de los años con mayor cargo de trabajo que he tenido y también empezó a manifestarse este año, la llamada “crisis de los 30”.

Hechos relevantes que marcaron el 2018:

Viaje a Europa (Marzo/abril): Uno de los momentos más lindos del año, porque pude viajar gracias a una investigación que estoy desarrollando en conjunto con varios docentes españoles. Me enamoré de Madrid y pude conocer Barcelona, Roma y París. Fue la oportunidad también de reencontrarme con amigos franceses muy queridos a quienes no veía desde hacía 9 años. En este viaje, durante mi estadía en Roma, me caí de cara contra los dos mil años de historia de los adoquines y me quedaron marcas durante algunos días.

Vida universitaria: Este año junto con a mi co-investigadora y estudiantes de tesis, emprendimos una investigación de consumos culturales en los establecimientos ubicados en la calle Numa Pompilio Llona del barrio Las Peñas en Guayaquil. Fue un proyecto muy complejo

IMG_9234.JPG
Con los estudiantes investigadores

También fue muy debut este año como revisor de tesis de maestría (en Periodismo y en Comunicación Digital) lo cual agradezco porque demuestra la confianza que tienen en mis capacidades, los directores de ambas maestrías.

Proyectos artísticos: Participé de dos obras de teatro, bajo la dirección de Marina Salvarezza. Fueron personajes interesantes y que me hicieron pensar mucho sobre el oficio del actor. Definitivamente quiero hacer más teatro en el 2019. También empecé a escribir una obra de teatro a la que le tengo mucho cariño y que espero concluir en el 2019.

7647969e-23ea-48f4-8a71-878968e225fc

En cuanto a cine, este año me animé, luego de muchos años de no hacerlo, a participar en la convocatoria nacional de proyectos cinematográficos que organiza el Instituto Audiovisual. Participé en la categoría de guion con un proyecto que vengo trabajando hace algún tiempo. De muchos proyectos quedé preseleccionado entre diez, lo que me hace muy feliz, ya que si bien no gané, pude tener el feedback  del jurado evaluador, cuyos comentarios han podido enriquecer más el guion.

Más viajes: Además del ya mencionado viaje a Europa, pude estar en Nueva York, Miami y Buenos Aires. Además viajé dos veces a Quito y unas cuantas a la playa. Con la llegada de los treinta, me he dado cuenta que me encanta y necesito el mar, cosa que no me pasaba en los veinte.

 

Idiomas: Este año caí enamorado de la IMG_4581lengua japonesa y comencé a rodearme de elementos de la cultura. Ha sido todo un descubrimiento, pues Japón es un país del que me sentía muy alejado y ahora he aprendido a quererlo, al igual que a su idioma.

Salud física y mental: Aunque gocé de buena salud la mayor parte del año, desde el mes de septiembre mi cuerpo empezó a pasarme factura por el exceso de trabajo. Fui a varios especialistas para tratarme la garganta pero ninguno pudo dar con un diagnóstico, ya que no tenía nada específico. Mi conclusión: estrés. Empecé a somatizar, subí de peso, lo que me llevó a interiorizar en mí, a preguntarme por mis metas, por lo que realmente necesito y quiero. He empezado a mejorar y me siento nuevamente con vitalidad. De toda esa reflexión está surgiendo también un trabajo maravilloso que espero poder compartir en el 2019. 

Haciendo un recuento rápido del 2018, creo que este año me enseñó (o intentó enseñarme) a ser paciente. A pensar que las cosas pasarán cuando las necesito y en el tiempo-espacio adecuados. En definitiva, el 2018 buscó que reconcilie mi parte espiritual y artística. Esto lo debo a mi propio interés que suscitó la aparición en mi camino de dos libros importantes: Big Magic, de Elizabeth Gilbert y El camino del artista, de Julia Cameron. Cada libro desde su visión, me mostró que el creer es crear y que crear es un regalo que tenemos que aprovechar, sea de la forma que sea. Ambos libros me han ayudado a recuperar confianza en mí. Este año como dice Cameron, me he sentido como un artista en recuperación, un artista que está ganando seguridad y que a paso lento y seguro, empieza a concluir muchos proyectos. 

En otras palabras, el 2018 ha sido para mí un año de sanación, que agradezco y tengo la certeza de que el 2019 será un año de frutos para mí y para todos los involucrados. Este blog de alguna manera ha sido testigo también de esos momentos claves del año, de mi vida universitaria, de mi vida personal, de mis viajes, de mis lecturas y seguro irá creciendo, potenciándose en el 2019.

Deseo un hermoso y próspero 2019 para todos aquellos que se toman el trabajo de venir hasta acá a leerme. A muchos probablemente no los conozco pero a través de este espacio conocen un poco sobre mí y agradezco la confianza por leerme.

Abrazo grande a todos. 

Saudade de Domingo #74: Adiós 2017

Hace unos meses una amiga me hizo un estudio de numerología a partir de mi fecha de nacimiento y salió como resultado que el 2017 era un año de siembra. Más que proyectos concretos era el año de gestar, de elaborar, trabajar con calma y esperar los frutos para el año siguiente. Aunque escuchar eso podía haberme bajoneado (pues tenía muchas expectativas en proyectos para este 2017), me dio una cierta calma. Si algo siento que he aprendido en esta tercera década es a tener más paciencia, a entender la importancia del proceso más que del resultado final. Así que pensando en eso, siento que el 2017 ha sido un año muy activo, productivo en cuanto a sembrar, a plantar, a generar procesos de los que me enorgullezco.

No puedo sintetizar todas las actividades por acá, pero sin duda una de las cosas más lindas de este 2017, fue haber realizado el Taller de Escritura y Ciudad en Nueva York.  Fue mi primera vez en la ciudad y amé conocerla a través de la escritura y la lectura. Conocí también ahí gente maravillosa y Nueva York se ganó un lindo lugar en mi corazón. A nivel académico fue también un año movido, cargado de actividades, de riesgos también. Pude dar mi primer taller de escritura a un grupo de estudiantes de Redacción de la facultad, chicos muy motivados que creyeron en mí y con quienes me siento muy afín en muchas búsquedas. Como siempre digo y pienso, el más afortunado en estas dinámicas de aprendizaje, soy yo.

Este 2017 también tuve la suerte de viajar tres veces a Buenos Aires y dos a New York. En la parte financiera sobre esto prefiero no pensar, la preocupación queda en las tarjetas de crédito. Lo importante ha sido reencontrarme con amigos, disfrutar de la oferta de las ciudades, saciar mi apetito aventurero de salir y no quedarme en casa.

También en este 2017 terminé de escribir (al fin) el guion de largometraje de una película que me rondaba la cabeza desde hacía varios años. En la cabeza todos tenemos el guion perfecto y el esfuerzo que demanda apagar a la voz crítica, para dejar que la escritura fluya, fue muy desafiante. Siento que hay que trabajar mucho ese guion pero me siento ganador (modestia aparte) por el hecho de haberlo materializado.

Este 2017 volví al teatro (y ahora ya no pienso dejarlo) con una obra en la que ya había actuado año atrás. Ahora el desafío fue interpretar al protagonista. Una hermosa experiencia que demandó mucho esfuerzo, muchos ensayos pero cuyo resultado valió la pena. A pesar del cansancio y de las dudas, haber estado en esta escena otra vez, me reafirmó mi deseo por seguir en las tablas.

nieuwjaar-keep-calm-2018-otEste año también hice conciencia sobre mi cuerpo. No es que no la tuviera antes, pero este 2017 decidí tomar acciones concretas. Por primera vez me metí a un gimnasio para entrenar y decidí hacer un cambio leve en mi alimentación: abandoné las gaseosas y empecé a comer mucho menos en la hora de cena. Como resultado me siento más dispuesto, más ágil y me siento más contento con la imagen que veo proyectada en el espejo.

También entre mis locuras de este año, se me dio por comenzar a estudiar ruso. Me sumergí en el alfabeto, hice amigos rusos, me pasé horas leyendo las letras cirílicas, practiqué la fonética para hacer mío esos sonidos tan lejanos a mi lengua castellana. Es un recorrido largo que estoy feliz de empezar y continuar en el 2018.

Mi amiga que analizó mi numerología me dijo este 2018 será un año de cosechar todo lo sembrado, que muchas cosas verán la luz y que esté abierto a lo que viene. Quiero creerle así que deseo para este 2018 un año de más experiencias, de conocer nuevos lugares, nuevas personas, de amar mucho, de besar mucho, de mucha escritura, de mucho teatro, mucho cine. Como siempre yo, quiero todo en superlativo. Ante todo quiero ser feliz en lo que hago y seguir contando con la suerte de tener a mi lado personas maravillosas que me acompañan en mis locuras. Lo mismo que quiero para mí, lo que quiero para todos, para los que me conocen y para los que me leen en este momento.

Un abrazo desde Buenos Aires.