Camino entre las estrías de mi piel
Me evaporo entre alientos de nenúfares
No soy tú, no soy quien fui
Apenas un puñado de estrellas,
de cuerpos vacíos que vacilan en constelar en caída libre.
Me recuerdo entre payasos y saltimbanquis,
Las calles violetas, como muelas desgastadas se abrían al ritmo de mis pisadas.
Llegó la noche, embrujada con sus tentáculos de seda
y me envolvió callando las penurias de la carne.