La película cuenta el trabajo real que realizó la unidad de investigación «Spotlight» del diario The Boston Globe para dejar en evidencia el silencio de la Iglesia Católica de Massachussets ante la serie de abusos sexuales perpetrados por sacerdotes de diferentes parroquias de Boston durante un período de más de 30 años.
Spotlight, nominada a seis Óscar – incluido el de Mejor Película-, encara un tema delicado de manera sobria sin caer en el sensacionalismo que podría haber sido tentador para obtener una película comercial. En el desarrollo de la investigación además de encontrarse con todos los obstáculos de la Iglesia para impedir que sus secretos salgan a la luz, se deja claro el trabajo ético de los periodistas en el trato con las víctimas. Escuchan, saben qué y cómo preguntar respetando la sensibilidad. Es una labor delicada en la que sería muy fácil tomar una postura emotiva, sin embargo el grupo periodístico sabe que necesitan de calma y precisión para lograr una investigación mucho más profunda. Vemos a los personajes de Keaton, Ruffalo, McAdams, Slattery en conflicto interno con lo que cada uno debe resolver ante las atrocidades que fueron sucediendo en la ciudad casi ante sus propios ojos, olvidando a las víctimas por años. Como bien dice uno de los personajes, «nunca es tarde» y tomando ello como mantra realizaron una investigación exhaustiva que terminó por destapar en el 2002 todos los abusos cometidos desde la Iglesia de Boston. La repercusión del caso, instó también a que muchas de las víctimas se animaran a hablar y fue así como el diario produjo más de 600 artículos relacionados con el tema.
Thomas McCarthy con Spotlight, le da su lugar al periodismo investigativo que cada vez se vuelve más escaso en las salas de redacción de los diarios actuales. Se prefiere un periodismo más volátil, más rentable, dejando de lado esa labor de búsqueda e indagación que ha puesto a la luz escándalos de todo tipo. Spotlight muestra esas trincheras reducidas donde un grupo de periodistas todavía cree posible generar cambios en la sociedad a partir de su trabajo. Es una película necesaria, con un guión impecable y que sabe manejar con destreza la tensión a lo largo de toda la trama. El elenco funciona perfecto, nadie destaca por encima de ninguno, por lo que se obtiene una película coral. Ver a Michael Keaton en esta película luego de Birdman el año pasado, sólo confirma lo dúctil y minimalista que es como actor, sin tener que acaparar todas las escenas de la película. Mark Ruffalo, con el physique du rôle de hombre común, encarna a un periodista capaz de todo para avanzar en la investigación. Se lo toma como una misión personal y Ruffalo dota a su personaje de una naturalidad que se evidencia en sus pausas, sus momentos de impulso y en la interacción, a veces conciliadora, a veces conflictiva, con los demás personajes.
Spotlight toca un tema difícil como la pederastia, por tanto es una película que hace reflexionar mucho sobre el asunto. También hace pensar sobre lo importante que es la labor periodística cuando esta es realizada con ética y profesionalismo. Se me viene a la cabeza una frase de Kapuscinky que me parece que sintetiza el trabajo del verdadero periodista. «El periodismo es una profesión muy exigente. Todas lo son, pero la nuestra de manera particular. El motivo es que nosotros convivimos con ella veinticuatro horas al día. No podemos cerrar nuestra oficina a las cuatro de la tarde y ocuparnos de otras actividades. Éste es un trabajo que ocupa toda nuestra vida, no hay otro modo de ejercitarlo”.