He terminado la primera temporada de Merlí (ya empiezo la segunda) y la verdad es que me ha sorprendido. No le tenía mucha fe durante los primeros capítulos, pues tenía la sensación de estar viendo una telenovela pero en catalán. Ahora la verdad es que estoy muy enganchado con la serie. Los guiones son redondos y se ha logrado compaginar bien el foco de estudio de cada filósofo en cuestión, con los conflictos propuestos en cada capítulo. Las actuaciones son brillantes y la historia siempre deja ese gustito de querer ver más.
Y para variar, ahora quiero aprender catalán.