El agro de Samanta Schweblin

Mi primer «encuentro» con Schweblin (Buenos Aires, 1978) fue allá por el 2009, cuando pasó por la Feria del Libro de Guayaquil y presentó Pájaros en la boca. Estuve presente en la charla que dio en la Universidad Casa Grande durante su estadía por la ciudad y con ansiedad me sumergí en su antología de cuentos. De aquella época recuerdo la sensación de borde que me provocaban sus historias. Como es su estilo, Schweblin no va por los grandes relatos ni los discursos ambiciosos. Prefiere más bien la historia personal, íntima, la relación entre personas donde habita lo raro, lo no dicho, el miedo y lo podrido. Todo esto manejado con una prosa firme pero nada acartonada. Meses atrás retomé la lectura de algunos de sus cuentos y hace una semana mientras visitaba una librería en Buenos Aires, me encontré con Distancia de rescate. No leí ni la contratapa. De alguna manera saber que era un libro de Schweblin me daba una cierta «garantía» y además tenía curiosidad por este trabajo.

Para mi sorpresa no se trataba de una antología de cuentos como ha sido la marca personal de Schweblin. Era su primera novela escrita con su tempo de cuentista y con dos personajes que hablan en un escenario ambiguo al inicio. No es una novela que se pueda resumir en pocas líneas, por lo que sólo daré algunos comentarios sobre la trama. El personaje de Amanda empieza relatándole a David una serie de acontecimientos del pasado con el propósito de clarificar su presente. David, un niño, hace las veces de una especie de terapeuta para Amanda, a quien con el paso de la lectura la vemos caer en una ansiedad y profunda desesperación por la salud de su hija Nina. Schweblin juega muy bien el suspenso en la trama, pues va dando poco a poco ciertas pistas dentro de lo que sucede en la historia.

Distancia-de-rescateDe la charla entre Amanda y David, aparece la siguiente historia que es la más importante: El encuentro de Amanda y su hija Nina con Carla y su hijo David, en el campo, muy lejos de los centros urbanos. El paisaje de cultivos de soja, las grandes extensiones de tierras, las casas solitarias se apoderan de las páginas de esta novela, donde la vida rural no se ve como aquel paraíso al que muchos ven como escape de las grandes ciudades. El campo de Schweblin es desolador, asfixiante y manipulado por terratenientes sin rostro. En este escenario la autora habla de la maternidad, en esa distancia de rescate a la que Amanda denomina como el espacio que la separa de su hija en cualquier circunstancia. El gran terror del personaje es que esa distancia de rescate se rompa alguna vez y con ese miedo, toma siempre medidas desesperadas.

La novela también muestra al campo como aquel lugar de experimentación transgénica, del que serán víctimas los personajes de la trama. En medio del verano verde, para Amanda los cultivos de soja se convierten en el enemigo, en el portador de contagio y la distancia de rescate se ve amenazada por los químicos. Amanda ve en David, el niño ya contagiado y transformado, el horror que podría vivir su pequeña Nina. Schweblin maneja la tensión con diálogos rápidos, descripciones precisas y con ese tono sugerido que jamás empacha y que por el contrario, invita al cuestionamiento. Tan preocupados estamos por la ciudad, por lo urbano, por nuestras dinámicas culturales que le hemos dado la espalda al campo, donde se cuecen quizás peores tragedias. «De solo pensar que un día todo lo que comamos esté en manos de una sola empresa, me hiela la sangre», declaró Schweblin a propósito del lanzamiento de esta novela al reflexionar sobre los monopolios que se han establecido en el agro.

En este sentido, Distancia de rescate, sin ser un manual de activismo, aborda desde la literatura un tema actual y que muchas veces se prefiere no mirar. Además de necesaria, es una deliciosa novela que de ser posible, es mejor leerla de un solo tirón.

Humo, de Gabriela Alemán

Con curiosidad me acerqué al último libro de la ecuatoriana Gabriela Alemán, de quien ya había leído Poso Wells y La muerte silba un blues. Como me suele pasar con otros textos, me dejo seducir por las historias detrás de las historias y Humo con sus doce años de escritura, de idas y vueltas me llevaron hasta Mr. Books con la posterior lectura voraz de la novela ambientada en Paraguay.

En Humo se percibe un ambiente de nostalgia cuyo peso va quedando en evidencia con el recorrer de los capítulos. La novela arranca con la lle9789588979403gada de Gabriela (homónima de Alemán) a la casa del fallecido Andrei en Asunción, a quien había conocido años atrás. Gabriela viene a tomar como herencia un sinnúmero de cartas que Andrei le dejó, pero el viaje supone para Gabriela una reconciliación con esa ciudad. Con la misma sutileza y mirada aguda de este primer capítulo, Alemán traslada su acción al pasado, hacia la Europa migrante que veía en el cono sur una tierra de posibilidades. Desde Buenos Aires, Andrei joven emprende camino hacia Paraguay, en donde permanecería el resto de su vida.

Alemán consigue impregnar a su novela de una atmósfera de silencios, de verdades dichas a medias en un castellano licuado con guaraní de donde emerge una nueva lengua: la de los caídos en la guerra del Chaco, la mutilación injusta del quebracho, los años oscuros de la dictadura de Stroessner.

Un gran acierto de Humo, es la proeza con la que Alemán sitúa a los personajes. La casa de Andrei parece un lugar laberíntico, de pasadizos, de puertas que no pueden abrirse, de gritos callados como si se tratara de una partícula representativa de la Paraguay doblegada en los años de Stroessner. Y en medio de ese ambiente gótico guaraní, Gabriela llega para hacer preguntas incómodas, para desempolvar aquello que era mejor mantener en el olvido, en las profundidades del Chaco, lejos de los problemas actuales.

Gabriela Alemán ha construido una novela sólida, de madurez narrativa pero que ante todo mantiene la experimentación como parte de su juego. Su literatura son la cartas, los diálogos entrecortados, los diarios, las fotografías, todo aquello que suponga un encuentro con la memoria, una lucha con el paso del tiempo.