Escuchaba Sigur Rós mientras te miraba en mis fotografías. Tu rostro se me antojó más frágil, menos rígido y vi en tus ojos un extraño brillo, una lejanía que anticipaba lo que sucedería. No estás más y aun no sé si vuelva a verte… A momentos olvido tu voz y en mi mente tu imagen se va haciendo cada vez más difusa… Al ver tus fotos otra vez te he mirado diferente… con extrañeza, como si no te hubiera visto nunca… Te sentí más lejos y me has incomodado. Preferí cerrar las fotos y evocarte en mis recuerdos empañados… Aunque te vaya perdiendo, me duele más verte en fotografías.
Puede que en alguna hora impensada ya no tenga una imagen en mí para recordarte. Entonces será cuando deba escribirte, aunque sea para tenerte entre metáforas, aun cuando sepa que nunca responderás a mis letras.