A inicios de este año empecé a ver con cierta curiosidad la serie alemana de Netflix que tanto se promocionó a finales del 2017. Muchos la llamaban la sucesora de Stanger Things o “si te gustó Stranger Things tienes que ver Dark”. Aunque la segunda temporada de Stranger… no me gustó tanto, sí me inquietó saber por qué la comparación con Dark.
A diferencia de otras series, Dark no pude verla de corrido. Tuve incluso semanas sin ver un sólo capítulo. Quizás paralelamente tenía muchas cosas que resolver a nivel personal y laboral, pero no pude dedicarle el tiempo que suelo ponerle a otras series. Sumado a que la historia es un ir y venir entre 1953, 1986 y 2019, en muchas ocasiones me sentí completamente perdido. Debí regresar a un capítulo atrás para entender algún punto de giro, poner pausa y preguntarme si estaba entendiendo lo que pasaba. Cuando ya parecía que sabía por dónde iba la serie, aparecía algún personaje que rompía ese equilibrio. En fin, no fue una visualización “tranquila”.
Alrededor del capítulo 5, me pregunté si no sería mejor comenzar otra serie, tipo las famosas de ahora La casa de papel o Altered Carbon, pero algo en mí me decía que debía continuar, que una serie no me podía ganar. Tenía que entender lo que pasaba en esa historia así sea para al menor decir que no me gustó. Así que vi los capítulos 5 y 6 unas dos veces para volver a engancharme. Volví a ver unas tres veces el final del 6 y comienzo del 7 ya que como veía la serie antes de dormir, en más de una ocasión me quedé dormido y me despertaba cuando sonaba esa cancioncita de suspenso de la serie. Una noche recuerdo haber tenido un sueño tenso relacionado con la historia pero lo olvidé. Sólo recuerdo la sensación de incomodidad y la certeza de que tenía que ver la Dark.
Finalmente terminé de ver Dark ayer. Me he quedado con ganas de una segunda temporada porque hay muchos cabos sueltos. En general debo decir que la serie es muy buena, con una estructura complejísima (lo cual es de admirar), diálogos inteligentes y la producción logró crear una atmósfera desoladora para esos personajes que transitan entre un ser y no ser constante.
Dark sí es similar a Stranger Things en cuanto a la atmósfera que tienen pero son historias completamente diferentes. A pesar de la experiencia particular de visualización que tuve con Dark, siento que me gustó más que la segunda temporada de Stranger Things. Quizás más adelante hasta vuelva a ver toda la primera temporada de Dark otra vez. Para mí la serie tiene un gustito que se va asentando, añejando con el tiempo. Probablemente al verla otra vez, así como en Dark, el tiempo se altere también y sea otro yo el que la vuelva a ver.