Desde el 12 de junio de este año, el planeta entero se mantiene en vilo al Mundial de Fútbol. Sin duda, será una de las ediciones que más se recordarán. Brasil 2014 dio de qué hablar incluso antes de su inicio, con las innumerables protestas que se dieron en el coloso de América del Sur en contra de la realización del Mundial. En poco tiempo, la popularidad de Dilma cayó exponencialmente y su figura se volvió poco atractiva para la reelección a la presidencia en octubre.
Aun con todo, ese panorama, Brasil 2014 ha sido hasta ahora toda una telenovela. Por twitter un amigo me decía esto y la premisa me quedó sonando. Este mundial así como cualquier torneo futbolístico es una telenovela. Hay público, protagonistas, villanos, personajes secundarios enmascarados, estrategias, venganzas. Estas mismas descripciones valen tanto para una novela como para el fútbol. Y digo fútbol porque sin duda es el deporte que más plata e ideologías mueve en el mundo. Igual que la telenovela, producto orgullosamente latinoamericano.
Y como país digno exportador de telenovelas, Brasil 2014 se ha convertido en un gran culebrón al que le sigue la pista el mundo entero. El gran punto de giro en esta recta final ha sido justamente la apoteósica derrota de Brasil ante Alemania. ¿Cómo? ¿Uno de los protagonistas eliminados? Y peor aun, de esa manera humillante? Hasta el más apático al mundial quedó boquiabierto ante la carnicería cometida por Alemania a Brasil. Le dieron en el punto sensible, su fútbol, en sus cinco campeonatos, en sus figuras mediáticas que triunfan en las ligas europeas. Brasil fue herido en el ego.

Justo un día antes del fracaso brasileño, Telefe decide dar fin a la hiperestiradísima telenovela
Avenida Brasil. Luego de ser una novela vespertina de verano, hasta con dos horas de emisión como si quisieran acabarla rápido, se adueñó del prime time argentino, lo que produjo una serie de resúmenes para enganchar a los nuevos televidentes. Con emisiones brevísimas en los últimos dos meses, Telefe logró encajarla en el Mundial y finalizarla con alfombra roja en el Luna Park. Miles de personas hicieron fila desde la semana anterior para sacar una entrada. Así el lunes por la noche, quien no podía gozar con un partido mundialístico, tenía a los actores brasileños en el Luna Park presenciando en pantalla gigante el último capítulo de la telenovela. Los actores fueron recibidos con gritos de emoción, alfombra roja y hasta ellos mismos, impresionados por el recibimiento se apresuraron en grabar desde sus celulares la locura brasileña que se vivió el lunes 7.

Telenovela y fútbol. Desde un punto de vista machista, el fútbol es la telenovela de los hombres. Afortunadamente para el avance de la sociedad, esas polaridad se va difuminando y tanto el fútbol como la telenovela tienen sus seguidores sin importar el género. Brasil 2014 será todo un mundial para recordar. Confieso que si bien sigo todos los mundiales desde USA 94 (cuando tenía 8 años), esta edición del 2014, me ha mantenido enganchado. Tampoco soy un entendido en fútbol pero me dejo contagiar por la efervescencia que provoca. Varias han sido las sorpresas que ha dado este mundial y desde mi escaso conocimiento sobre este deporte, solo nombraré los hechos que me parecen los más importantes y novelescos. Cualquier guionista o aspirante a serlo, se puede dar un banquete con este mundial. Primero, la gran derrota ibérica. El campeón de la novela anterior, Sudáfrica 2010, no alcanzó ni siquiera a saborear los octavos de final. Algo que me pareció genial de esta novela fue el avance de Colombia y la garra que pusieron en todos los partidos. Una selección que no pisaba un mundial desde hace 16 años, demostró con proeza el período de hibernación en el que se mantuvo. James Rodríguez, el goleador colombiano que lleva hasta ahora el récord de este mundial, dejó junto a su equipo el nombre de su país en alto. Y como David frente a Goliat, enfrentó al monstruo Brasil. Un partido que realmente merecía ganar Colombia. La hinchada quedó enardecida, furiosa con Brasil. Igual como la abuela o ama de casa que insulta a la villana de la historia por hacer sufrir a la heroína.

Luego la derrota humillante de Brasil. Colombia se sintió vengada y muchos hinchas lo dejaron claro a través de redes sociales. El ego colombiano estaba sanado. Volvía la aparente calma con la ‘justicia’. Así como cuando Nina en
Avenida Brasil, logró pisotear y humillar a su gusto a Carminha (Es Carmina en la traducción pero me gusta en su versión original, ok?). Al final el futbol como en la telenovela, es una lucha entre el bien y el mal. La única diferencia es que dependiendo del equipo al que se apoye, el otro será malo o viceversa. En la telenovela, la hegemonía ideológica que vivimos nos dirá que quien sufre es el bueno y el que hace sufrir es el malo. Esto sin entrar a analizar en profundidad diferentes casos.

Una patada de Zúñiga y Neymar queda eliminado de Brasil 2014. El fútbol no es juego de frágiles y siempre hay lesiones, golpes e incluso mordidas. Pero cuando sucede con un ‘astro’ al que se le tiene tanta fe, la hinchada no perdona. La madre de Zúñiga debió ser la más insultada en esta última semana por parte de los brasileños, sin imaginarse la derrota que se les venía encima. Y es que al igual que en la telenovelas, hay hinchas que no logran medir la dimensión de lo que están observando…

La mordida del uruguayo Suárez a Chiellini durante el partido Italia-Uruguay también se llevó muchos comentarios y críticas hacia el árbitro Marco Rodríguez que no sancionó al imitador infantil de Hannibal Lecter. La FIFA, presionada, se ensañó con Suárez y alistó su guillotina: lo suspendió en 9 partidos con la selección de su país y cuatro meses de inhabilitación para cualquier actividad relacionada con el fútbol. ¿Excesivo? Sí, así como los castigos que suelen darle a ciertos villanos en el último capítulo de la novela. Sino vayan y pregúntenle a Itatí Cantoral, a Adriana Esteves o a Patrícia Pillar, cómo terminaron sus villanas. Los excesos como mano dura de la justicia -¿divina?- son parte del condimento de un buen partido o culebrón. Que todo sea para provocar la euforia o la ira del hincha o espectador. Nunca la indiferencia. Eso sí sería catastrófico.

Para terminar, dedico unas líneas a la selección del país donde vivo: Argentina. Otro gran favorito del fútbol y el villano eterno de Brasil (se vale también decirlo al contrario). No importa si es su rival en un partido o no. El tema es acribillar siempre que puede a Brasil. También en el país sede, se siente la antipatía por los hermanos, como se refieren a los argentos. Países hermanos que se aman y se odian. Los argentinos celebraban como propio el triunfo de Alemania ante Brasil. Me daba vergüenza ajena cuando Alemania metía un gol y acá la gente gritaba de júbilo como si fuera un gol argentino. Y yo me preguntaba: ¿De qué va esto? ¿Para qué?. Ahora faltando un día para la final Alemania-Argentina, muchos brazucas se pintarán de germanos… Lloraban hace unos días por la humillante derrota y muchos ellos ensalzarán a su verdugo… Confieso que me habría gustado más una final entre Brasil y Argentina, más allá de las deficiencias técnicas que pudieran tener ambos equipos en el campo de juego. Habría sido lindo ver dos sudamericanos disputando la Copa en Sudamérica. Pero bueno, a veces se escriben escenas que no van al aire y toca improvisar con nuevos personajes y nuevas situaciones.
Argentina disputará la final este domingo. La euforia se ha apoderado del país entero. Es hermoso ver a la gente en todo el país haciendo quilombo y que no sea para protestar. Me encanta esa sensación de suspensión que produce ver un partido y mucho más la emoción que produce la victoria. Es igual que el ritmo vertiginoso que sintieron quienes vieron a Nina siendo enterrada viva por Caminha o cuando esta vio sus mechas rubias caer al suelo luego de que Nina se las cortara para acabar de humillarla. Futbol y telenovela, aunque en escenarios distintos, terminan por cumplir una función narcotizante, en la que la vida se reduce a los 90 minutos de partido o a la hora de emisión de la trama en el prime time. Tendremos muchos más mundiales y telenovelas por delante.