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Domingo a la mañana, en la segunda mano de pintura. |
Segundo día de primavera. Amaneció bien, con sol y un rico friecito, que luego se fue recrudeciendo dando paso a un cielo gris y ventoso.
Ya desde anoche había empezado (o más bien retomado) la pintada de las paredes (o de lo que faltaba). Fue necesario mover los placards (armarios) y dar varios manos de pintura. A la mañana un rico desayuno en un café cerca de casa, luego a continuar con la labor de pintura mientras veía El Chavo del Ocho en canal 9 (Sí, me gusta el Chavo!!!).
Después de almorzar dos porciones de pizza de muzza en La Rey, a matear a Parque Chacabuco en casa de una amiga. Está bueno encontrarse con amigos, a los que con el tiempo empiezas a conocer. Es como si el distintivo de amigo ya está y solo hace falta cumplir con los ‘compromisos’ que eso involucra: Visitas, salidas, chats por FB, cafés, vinos, ir al cine, al teatro, etc.
Como siempre la charla fresca, aderezada con los proyectos artísticos que se cuecen a mediano y largo plazo. Cuando me encuentro con amigos que están también en la búsqueda de procesos artísticos, es como si me nutriera y me impele a escribir, a idear con más fuerza. Casi como si tuviera que salir corriendo a casa, prender la compu y comenzar a escribir lo que salga, automático, al estilo de Tzara en el Dadaísmo. A veces esos deseos irresistibles continúan hasta el momento prudente en que vuelvo a casa, sino al menos sirven para darle vuelta a ideas en la cabeza que luego escribo en mi libretita de notas mientras estoy en el subte o en el bus.
A todo esto, recuerdo que debo seguir leyendo ¨Sentido y Sensatez¨, de Jane Austen. Reconozco desde ya que no es mi autora para nada. No conozco toda la obra de Austen, pero esta novela, si bien me parece linda, la encuentro excesivamente descriptiva y termino por aburrirme. No es una novela que me prenda. En momentos así, siento tanta saudade de leer otra vez a Bolaño, a García Márquez o a mi olvidado Dickens. Toca leer a Austen para el seminario de Adaptación Cinematográfica que empiezo mañana a la noche en la maestría. Espero llegar a leer todo.
Debería también antes de terminar este día, darle una tercera mano de pintura a las paredes y escribir un poco sobre la obra de teatro que debo empezar a ensayar dentro de poco (Sí, ensayaré apenas con un guión a medio acabar).
Mañana me espera una reunión en un centro cultural por la mañana, leer más de Austen y labores domésticas. Está bueno esto de regresar a vivir solo luego de un paréntesis de nueve meses de convivir con dos compañeros en San Telmo. Regresar al caótico microcentro porteño está siendo una experiencia enriquecedora. Se vienen cosas muy lindas.