Me encanta escribir a mano. Me deleita el contacto del papel y la pluma. Sentir la tinta regándose sobre la cuartilla. Aquel olor de papel y tinta me embriaga a tal punto de querer seguir en la escritua de una narración ya finalizada, únicamente por el éxtasis de seguir en aquel viaje edulcorante entre el papel y la tinta derramada.