Lo bueno de vivir es que se puede vivir y morir muchas veces. Cada día renacemos, nos alimentamos con el paso de las horas y al dormir morimos. Renacemos a la mañana siguiente y junto con nosotros surgen nuevas ideas, nuevas historias, nuevas personas, nuevos amores. Podemos vivir de miles de maneras siendo una misma persona. Es un regalo que nos da la vida o un regalo que nos quisimos dar aquellos que creíamos aburrido o estúpido vivir de manera lineal toda la vida. Por eso me gusta ser actor, para reinventarme cada día, inventarme situaciones, identidades, darme la oportunidad de dejar vivir dentro de mí otras almas. Eso es lo rico de vivir, de morir. Además vivir es también morir, y viceversa. Es un nexo tan fuerte como el de madre con su hijo.