Ya no me importa nada. Estoy cansado de mi vida, de sufrir, de fingir, de vivir sonriendo cuando en la realidad mi alma llora desconsolada. No tengo salida, me hundo poco a poco en un abismo sin fin. Nada podrá mejorar mi vida. No hay salida para mi agonía. Fui herido de muerte y me desangro lentamente a la vista de todos, sin que nadie pueda hacer algo por mí. Realmente soy un actor, un excelente actor que muestra su cara agradable a sus conocidos mientras en su interior no es más que un desgraciado sin vida propia. La soledad se ha convertido en mi compañera inseparable. No tengo a nadie más. Estoy sólo enfrentando mis crisis. Lastimosamente nadie puede ni quiere ayudarme. No soporto vivir toda esta mentira donde todo el mundo finge apreciarme y quererme. Vivo rodeado de alacranes de los que aun no sé cómo protegerme. Cada día muero un poco, hundiéndome más en mis penas sin que nadie perciba nada. No cuento con nadie para auxiliarme. Me dejaré arrastrar por mi tristeza, la nostalgia, el dolor. Ya no tengo fuerzas para luchar. Estoy vencido. Duele reconocerlo pero así es. He muerto.