El siguiente relato fue inspirado en las vivencias de un gran amigo al que considero mi hermano:
La Vida los ha colocado en orillas diferentes luego de haber permanecido juntos durante mucho tiempo. Los conflictos que se han presentado los obligaron a decirse adiós aunque sus corazones no lo quisieran. Él debe estar con otra, intentar amarla; ella debe resignarse a la idea de haberlo perdido. Sus caminos se van abriendo de a poco y ahora se ven sólo de lejos. La neblina amenazante les impide mirarse por última vez y sólo les queda el amargo sabor de amarse sin poder estar juntos.