Dónde estás???

Estabas sentada al final de la colina esperando por los últimos rayos del sol y aunque sabías que estaba ahí, me ignorabas. Preferías hacer de cuenta que estabas acompañada por tu soledad, por tus pensamientos psicodélicos y por tu tierna fantasia. Mientras tanto yo, te observaba perderte en esa telaraña de ilusiones, de cuentos de hadas en donde eras la más linda princesa, la más loca ratoncita y la más risueña caperucita. Te veía volar, sonreír entre lágrimas de sangre, con una extraña paz que solo lograba alterar mi espíritu. Intenté llamar tu atención, decirte que estaba ahí contigo, pero entre más me esforzaba, más te alejabas. Tu rostro renacentista que se teñía de azules y rojos te transportaban al mundo que tú misma te habías contruido en ese cuadro dadaísta. El sol empezó a esconderse, vencido ante la belleza de colores que tu cuerpo emanaba. Ahora te tocaría enfrentar a la frialdad de la noche, a la diva luna que no sería una rival fácil. Fue por eso que decidiste aliarte a ella y convertirte en su sierva, en su más fiel representante terrenal. Tu belleza adquirió otro tono, te convertiste en un si mayor que encantabas a quien te escuchaba pero aturdías a quien no te entendiera. Tus versos de anagrama comenzaron a sonar como música ecléctica cuyas rimas llevaban ocultas mensajes de amor hacia la luna y sus estrellas.
Seguiste adelante en ese camino sin retorno, pisando tulipanes, jasmines y girasoles. Atravesabas el cielo sin saber que estabas en el más profundo de los avernos. Te entregaste al coro de las sirenas y te ubicaste entre ellas a pesar de que nunca te gustó tu voz hasta antes de conocer a la luna. Ahora eres otra, pero al mismo sigues siendo tú, aunque no puedo decir si eres o tú o un espejismo de ti misma jugando a ser otra sin saber que eres tu misma. Entre retruécanos, paradojas e hipérboles te fuiste uniendo con los versos de Tzara hasta que te convertiste en parte de ellos. Te he perdido la pista, ya no te he encontrado en la colina, a pesar de que tu aroma a flores silvestres todavía invade todo el escenario. Tu presencia etérea está ahí aunque estés atrapada dulcemente en los versos del Dadá… Dónde estarás??? Necesito que regreses, aun tienes que tanto qué decir, tanto qué escribir… Tienes un compromiso conmigo –lo recuerdas?- y con los escenarios que se niegan a apagar sus luces hasta que regreses a ocupar el lugar que te corresponde. Te estamos esperando, regresa a tus orígenes, a tu casa, aquí donde todo comenzó.

Autor: saudade86

Master en Comunicación Audiovisual. Profesor, generador de contenidos, viajero. Apasionado por los idiomas. Saudade Pura.

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