A pesar de todas las cosas que han pasado, aun me parece mentira cómo la vida nos ha cambiado a todos. Ya no somos los mismos de otras épocas y todo esto ha sucedido en tan poco tiempo. No es la extensión del tiempo la que nos modifica sino el cúmulo de hechos que llevan a crecer como personas. Nos vamos golpeando, aprendemos sobre la marcha, el camino se vuelve tortuoso pero seguimos adelante. Los avatares de la Vida siempre están presentes y hay que enfrentarlos sin miedo. A base de fuertes puñaladas aprendí lo duro que puede ser vivir. En muchos momentos creí que no soportaría, que caería sin opción a levantarme pero aquí estoy limpio, feliz y dispuesto a recibir con buena cara el mañana que me espera. Mi corazón no guarda rencor a nadie. Todos han contribuido en algo para formar la persona que soy ahora. Un ser mucho más fuerte que aquel que el primer día de clases entró soñando y creyendo que su nueva vida sería solo alegría. Ahora un año después, gracias a las experiencias vividas, me siento más fuerte, más maduro, como si hubiera vivido más años. Siento una gran distancia entre las personas del colegio, a las cuales ya ni veo por falta de tiempo. Seguramente ellos también se han enriquecido con nuevas experiencias, sin embargo, ya no pertenecen a mi vida y por tanto no me siento más ligado a ellos.
Revisando las fotos de la Universidad, se notan cambios físicos y anímicos. Es satisfactorio observar lo bien que le ha ido a X persona pero también es muy triste cuando veo a seres que quiero mucho como un barco a la deriva, negándose a una salvación. Esa sensación de impotencia amarga mi alma, como si se vertiera un ácido dentro de mí. La angustia de no poder hacer nada más es una tortura y lo peor es que no lo puedo evitar.
La Vida nos ha enseñado a todos y también ha jugado con nosotros como si fuésemos piezas de ajedrez. Personas que se unen, otras que se separan, peleas, reconciliaciones, partidas, llegadas. Todo es una ruleta donde no sabemos quién será el próximo en ganar o perder. Nadie está exento de ello. Pese a todo agradezco por tener a la gente que tengo a mi lado, gente con la que cuento y confío. Juntos podemos afrontar mejor las pruebas de la Vida que cada vez se ponen más difíciles y asimismo los premios que nos otorga una vez superadas las pruebas, son muy reconfortantes.