Es altiva, impetuosa. Muchas veces disfraza su verdadero estado de ánimo bajo una seductora sonrisa. Quiere alcanzar la plena dicha pero está muy lejos de conseguirla. Es amada y odiada a la vez. Tiene una sensualidad que pocos entienden, que a veces empalaga pero, hay que reconocer, que a veces hace falta…
Adriana consiguió establecerse en mi corazón como una amiga a la que no podré olvidar. Junto a ella pasé largas horas dándole instrucciones en su trabajo. Su desempeño excelente me maravilló. Me demostró que hice bien al elegirla a ella entre muchas. Se volvió un ser indispensable en cada día de filmación. Su calidez humana relajaba un poco las tensiones cotidianas aunque a momentos prefería no verla; no quería mostrarle mi lado oscuro, aquel lado colérico, temperamental que puedo llegar a tener en determinado momento. Deseaba que siempre me viera alegre, jovial.
Quizás el tiempo fue corto pero aprendí mucho de ella. Conocerla fue salir un poco de lo cotidiano, una mujer diferente que varias veces trató de impresionarme, sin éxito. Conocía bien sus tácticas pero me gustó que las haya aplicado. Demostraba que era valiente, aventurera y con un corazón muy grande.
A veces pensar en ella me da un poco de miedo, sobre todo cuando la veo en fotografías. Se ve tan inocente, tan indefensa. Quizás ésa es su verdadera cara, la que esconde bajo esa seducción frontal que se ha vuelto su escudo. Percibo que algo oculta y temo que ese lado desconocido sea el causante de problemas futuros para ella. Me arrepiento de no haberle dicho cuánto la apreciaba en verdad, de lo agradecido que estaba por conocerla. A lo mejor no todo está perdido… El universo de Adriana es un vendaval que arrasa por donde pasa. Puede dejar tristeza y desolación pero también locura, dulzura y alegría. Espero que se cuide, que vaya por el buen camino. Rezo por su destino, para que sea bien guiada y no tenga que hundirse nunca en el fango de la derrota. Adriana es un personaje de historieta, una heroína, una villana y a la vez no es nada de esto: Es sólo una mujer que busca una senda que sólo con fe logrará encontrar.
La Vida puede tentarla. Mostrarle un paraíso que en realidad sea un infierno. ¡Cuídate Adriana! Un camino de rosas no siempre es la mejor elección. Recuerda estas letras escritas por alguien que sin duda no te olvidará aunque el tiempo pase. Vives ya en mi corazón, en el jardín de mi alma donde habitan todos los seres a los que quiero y a los futuros personajes de mnis libros. Aunque te alejes, estarás siempre presente y cuando no me encuentres, lee estas líneas para que volvamos a estar cerca…